Después
de unos días
de parón
por un gripazo, es hora de volver al lío. Como ya dije, hoy comentaré
parte del proceso de traducción.
Empecemos pues.
Con ayuda de este
programa (Abbyy fine reader), selecciono uno a uno los textos del cómic. Una vez seleccionado, hay que pasar
un proceso de verificación;
esto se hace porque en ocasiones el programa confunde unos kanji con otros.
Otras veces, directamente no da con lo que buscamos y hay que ir a ciegas.
Una vez verificado el
texto, el programa nos permite copiar y pegar el texto con los caracteres
reconocidos, y es entonces cuando entran en juego la infinidad de diccionarios
que la red pone a nuestra disposición. En mi caso yo utilizo tres distintos
para asegurarme de que la traducción es lo más verosímil posible. Importante que al
traducir se haga pasando primero por inglés, no me preguntéis
el motivo, pero haciéndolo
de esta manera se logran traducciones que, a mi parecer, son más
fiables que saltándose
este paso.
Pues bien, tras todo
este proceso tenemos un texto en inglés que, una vez traducido debería
tener significado o al menos, ser hasta cierto punto "entendible".
En las ocasiones en que la traducción queda algo confusa (cosa que suele suceder demasiado a menudo), es cuando entra en juego la interpretación del texto. Llegando a convertirse a veces en auténticas adivinanzas.
Pues eso es todo en lo que a traducción se refiere. Si alguien conoce de algún programa mejor, o de alguna página infalible (santo grial de las traducciones), agradecería un comentario. Prometo probarlas todas. Gracias de antemano.
Para la próxima entrada, volveremos con una de esas curiosidades históricas que tanto me gustan y de las que Raïka está plagado. Nos leemos.
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