Primera entrada tras la presentación, es el momento
de dejar las cosas claras y marcar unas pautas de trabajo.
En un primer lugar opté por traducir y
maquetar la totalidad de la obra, haciendo uso de los textos en castellano de
los 6 tomos que compré en su día. La intención era adquirir
habilidad en las traducciones con un texto de apoyo en castellano.
El problema llegó en la primera página. La cuestión es que cuando
traduces sin conocer el idioma, entra en juego una parte muy importante que sería la interpretación. Y es que un
mismo texto, sin un amplio conocimiento del idioma, puede interpretarse de
distintas formas. Aproximadamente, cada una de esas interpretaciones vendrá a significar lo mismo, con lo cual no debería resultar un
problema. Sin embargo, cuando hablamos de narrativa, sea el formato que sea,
juegan un papel importantísimo detalles como
el tono, el ritmo, etc., y no quisiera en absoluto ser el causante de un cambio
de personalidad en algún personaje, y
esto por citar sólo un ejemplo de
lo que podría pasar por una
mala interpretación.
Por esto, he decidido optar por el plan B: maquetar la edición original haciendo uso de los textos que se tradujeron en su día. De esta manera, espero estar bien empapado en los tonos y las formas
para cuando me toque el turno de ir a ciegas y sin el apoyo de un texto ya traducido para las correcciones.
¿Y por qué ese trabajo de "remaquetar" en lugar de escanear lo que ya está hecho? Simple; como dije en la presentación, soy un friki
coleccionista y completista, con lo cual os podéis hacer una idea
de lo que sufriría en caso de que
alguno de mis queridos tomos originales fuera dañado.
Y hasta aquí la entrada de
hoy, lo bueno si breve, dos veces bueno. En la próxima trataré una curiosidad que encontré en las primeras páginas y que servirá para situar la
trama en el contexto histórico real. Nos leemos.
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